“Nunca he estado en El Chad y mi colaboración con EnganCHADos comenzó hace un par de años haciendo lo que más me gusta hacer: dibujar…
Sencillamente interpretaba las fotografías que desde allí me enviaban. En todas veía manos y miradas que lo decían todo. Las manos y los ojos de un niño, de una madre, de un padre, de un cooperante que expresaban cansancio, cariño, protección, vejez, infancia, fuerza, derrota, alegría…”